Cinco Días – Artículo Opinión – 24/07/2015

Rafael Andrés es Director de Externalización de Procesos y Servicios de GRUPO BC.

Las entidades financieras están asumiendo actualmente un reto estructural totalmente novedoso respecto a la historia del sector; dado que estamos en un momento que ya no es consecuencia de una evolución, sino que nos encontramos en un nuevo escenario que hace cinco años no nos podríamos ni plantear que pudiera existir. El hoy y mañana, presente y futuro se confunden a una velocidad sin precedentes, en el que la llamada revolución de las tecnologías nacida a finales del pasado siglo XX se ha materializado en una realidad digital que condiciona los comportamientos sociales en todos sus órdenes.

La transformación digital en el mundo de las necesidades financieras está dando cabida a nuevos competidores entre compañías tecnológicas, redes sociales y startups fintech (Google, Apple, Facebook, Amazon, PayPal, Bitcoin, P2P, entre otras) que ponen a disposición de un público cada vez más numeroso productos digitales de carácter financiero baratos, de fácil acceso y flexibles en la que se crean, por ejemplo, comunidades digitales que reúnen a ahorradores/inversores con solicitantes de crédito; suponiendo todo un reto que el sector financiero tradicional está obligado a superar.

Desde la finalización de un periodo expansivo del sector que dio paso a la crisis económica y financiera de 2007, los convulsos años de reestructuración del sector bancario nos llevan en la actualidad a afrontar, de forma definitiva y con un carácter de supervivencia, un profundo proceso de transformación global del sector productivo en general y financiero en particular, orientado hacia un ecosistema digital, tanto en los procesos de venta como en lo relativo a los sistema de producción.

Si a ello le añadimos la reducción de costes y una mejora de calidad en los servicios financieros que aportan las empresas tecnológicas, la apuesta que tiene que afrontar el sector, después del proceso de concentración bancaria, se encamina a la consecución de los ratios de eficiencia, calidad y eficacia de los servicios financieros en un entorno digital; todos ellos orientados a dar la satisfacción demandada por una población que actualmente ya se encuentra posicionada en un ecosistema que entiende y convive con el concepto online.

El 90% de las entidades financieras que integran el sector en España iniciaron estrategias de digitalización

Los últimos informes demuestran que en la actualidad más de 11 millones de españoles realizan sus transacciones bancarias a través de ordenadores, tabletas o smartphones con el consiguiente y progresivo abandono de las oficinas bancarias tradicionales, reduciendo su número y modificando progresivamente el concepto tradicional de sucursal bancaria.Un nuevo ecosistema financiero

En este escenario, y partiendo de la base de que el negocio bancario está orientado al cliente en un entorno de ecosistema absolutamente novedoso, el concepto de banca digital se convierte en un instrumento no solo de evolución, sino de supervivencia para aquellas entidades que quieran mantener una posición de liderazgo o referencia.

Podemos indicar que en la actualidad, en mayor o menor medida e intensidad, el 90% de las entidades financieras que integran el sector en España han iniciado estrategias de digitalización con implementaciones entre uno y cinco años. Teniendo como inminente desafío la batalla de los medios de pago, en los que se evidencia la tendencia irrefrenable a la utilización de canales móviles y digitales como fuente de generación de pagos en las transacciones.

El auténtico desafío que debe de superar la industria financiera radica en la existencia y actividad de las fintech, que además de contar con una legión de seguidores incondicionales, disponen de una experiencia acumulada en desarrollos, programas y apps basados en análisis de sistemas big data que, por su flexibilidad y velocidad de implantación, permiten adaptar sus servicios a los modelos y exigencias demandados por la sociedad.

El concepto de banca digital se convierte en un instrumento de evolución y de supervivencia

El alcance de esta transformación digital debe ser global, en cuanto que afecta a la totalidad de la organización, generando la complicidad y unidad de orientación entre las áreas de negocio y tecnología como garantes del éxito; basándose en el concepto de gestión del cambio con criterios de medición y cuantificación; incorporando una metodología de gestión del dato más eficiente y productivo.

Consecuencia de la adaptación e inmersión en el ecosistema digital es la reducción de los costes de back office que, por motivos colaterales de la eficiencia, exige la transformación en la que han de jugar un papel fundamental en este entorno las empresas de BPO financiero, que, contando con una línea de consultoría de procesos alineada con el objetivo de transformación digital, han de ser el aliado estratégico adecuado que sirva como una palanca en el proceso iniciado de digitalización, poniendo en valor la actividad transaccional bancaria.

Esta alianza entre el sector financiero y las empresas de BPO ha de tener su reflejo compartiendo la experiencia acumulada como observadores de los cambios generales y transversales vividos, sin olvidar el conocimiento de la cultura corporativa de cada entidad, lo que permitirá que los procesos de cambio sean lo menos traumáticos posibles en la propia organización bancaria basándose en la credibilidad organizativa de la experiencia como un catalizador que genera innovación.

Además, la conciliación entre los procesos de cambio a digital con los requerimientos de cumplimiento normativo y regulatorio, al que se encuentra sometido el sector financiero, aporta un plus de confianza y credibilidad a los usuarios de los servicios bancarios, constituyendo un valor diferencial y de excelencia de servicio como ventaja competitiva sostenible frente a las empresas tecnológicas y startups, quienes no se encuentran tan vinculadas por dichos cumplimientos regulatorios.

En definitiva, la empresas de BPO orientadas al sector financiero han de poner al servicio de las entidades que afrontan un proceso de cambio a un entorno digital una línea de consultoría estratégica y comprometida al cumplimiento de los parámetros indicados, y acompañada siempre por unos servicios de BPO que han de ejecutar o coparticipar en la consecución de los objetivos marcados, disponiendo de un sólido sistema de métricas que permitan determinar su grado de cumplimiento en cada momento.

Ha llegado el momento de un cambio radical, en el que las entidades financieras de este país afrontan un reto impuesto por el nuevo ecosistema digital como modo de entender la industria financiera del siglo XXI.

Para más información: Cinco Días

[:en]

Cinco Días – Artículo Opinión – 24/07/2015

Rafael Andrés es Director de Externalización de Procesos y Servicios de GRUPO BC.

Las entidades financieras están asumiendo actualmente un reto estructural totalmente novedoso respecto a la historia del sector; dado que estamos en un momento que ya no es consecuencia de una evolución, sino que nos encontramos en un nuevo escenario que hace cinco años no nos podríamos ni plantear que pudiera existir. El hoy y mañana, presente y futuro se confunden a una velocidad sin precedentes, en el que la llamada revolución de las tecnologías nacida a finales del pasado siglo XX se ha materializado en una realidad digital que condiciona los comportamientos sociales en todos sus órdenes.

La transformación digital en el mundo de las necesidades financieras está dando cabida a nuevos competidores entre compañías tecnológicas, redes sociales y startups fintech (Google, Apple, Facebook, Amazon, PayPal, Bitcoin, P2P, entre otras) que ponen a disposición de un público cada vez más numeroso productos digitales de carácter financiero baratos, de fácil acceso y flexibles en la que se crean, por ejemplo, comunidades digitales que reúnen a ahorradores/inversores con solicitantes de crédito; suponiendo todo un reto que el sector financiero tradicional está obligado a superar.

Desde la finalización de un periodo expansivo del sector que dio paso a la crisis económica y financiera de 2007, los convulsos años de reestructuración del sector bancario nos llevan en la actualidad a afrontar, de forma definitiva y con un carácter de supervivencia, un profundo proceso de transformación global del sector productivo en general y financiero en particular, orientado hacia un ecosistema digital, tanto en los procesos de venta como en lo relativo a los sistema de producción.

Si a ello le añadimos la reducción de costes y una mejora de calidad en los servicios financieros que aportan las empresas tecnológicas, la apuesta que tiene que afrontar el sector, después del proceso de concentración bancaria, se encamina a la consecución de los ratios de eficiencia, calidad y eficacia de los servicios financieros en un entorno digital; todos ellos orientados a dar la satisfacción demandada por una población que actualmente ya se encuentra posicionada en un ecosistema que entiende y convive con el concepto online.

El 90% de las entidades financieras que integran el sector en España iniciaron estrategias de digitalización

Los últimos informes demuestran que en la actualidad más de 11 millones de españoles realizan sus transacciones bancarias a través de ordenadores, tabletas o smartphones con el consiguiente y progresivo abandono de las oficinas bancarias tradicionales, reduciendo su número y modificando progresivamente el concepto tradicional de sucursal bancaria.

Un nuevo ecosistema financieroUn nuevo ecosistema financieroEn este escenario, y partiendo de la base de que el negocio bancario está orientado al cliente en un entorno de ecosistema absolutamente novedoso, el concepto de banca digital se convierte en un instrumento no solo de evolución, sino de supervivencia para aquellas entidades que quieran mantener una posición de liderazgo o referencia.

Podemos indicar que en la actualidad, en mayor o menor medida e intensidad, el 90% de las entidades financieras que integran el sector en España han iniciado estrategias de digitalización con implementaciones entre uno y cinco años. Teniendo como inminente desafío la batalla de los medios de pago, en los que se evidencia la tendencia irrefrenable a la utilización de canales móviles y digitales como fuente de generación de pagos en las transacciones.

El auténtico desafío que debe de superar la industria financiera radica en la existencia y actividad de las fintech, que además de contar con una legión de seguidores incondicionales, disponen de una experiencia acumulada en desarrollos, programas y apps basados en análisis de sistemas big data que, por su flexibilidad y velocidad de implantación, permiten adaptar sus servicios a los modelos y exigencias demandados por la sociedad.

El concepto de banca digital se convierte en un instrumento de evolución y de supervivencia

El alcance de esta transformación digital debe ser global, en cuanto que afecta a la totalidad de la organización, generando la complicidad y unidad de orientación entre las áreas de negocio y tecnología como garantes del éxito; basándose en el concepto de gestión del cambio con criterios de medición y cuantificación; incorporando una metodología de gestión del dato más eficiente y productivo.

Consecuencia de la adaptación e inmersión en el ecosistema digital es la reducción de los costes de back office que, por motivos colaterales de la eficiencia, exige la transformación en la que han de jugar un papel fundamental en este entorno las empresas de BPO financiero, que, contando con una línea de consultoría de procesos alineada con el objetivo de transformación digital, han de ser el aliado estratégico adecuado que sirva como una palanca en el proceso iniciado de digitalización, poniendo en valor la actividad transaccional bancaria.

Esta alianza entre el sector financiero y las empresas de BPO ha de tener su reflejo compartiendo la experiencia acumulada como observadores de los cambios generales y transversales vividos, sin olvidar el conocimiento de la cultura corporativa de cada entidad, lo que permitirá que los procesos de cambio sean lo menos traumáticos posibles en la propia organización bancaria basándose en la credibilidad organizativa de la experiencia como un catalizador que genera innovación.

Además, la conciliación entre los procesos de cambio a digital con los requerimientos de cumplimiento normativo y regulatorio, al que se encuentra sometido el sector financiero, aporta un plus de confianza y credibilidad a los usuarios de los servicios bancarios, constituyendo un valor diferencial y de excelencia de servicio como ventaja competitiva sostenible frente a las empresas tecnológicas y startups, quienes no se encuentran tan vinculadas por dichos cumplimientos regulatorios.

En definitiva, la empresas de BPO orientadas al sector financiero han de poner al servicio de las entidades que afrontan un proceso de cambio a un entorno digital una línea de consultoría estratégica y comprometida al cumplimiento de los parámetros indicados, y acompañada siempre por unos servicios de BPO que han de ejecutar o coparticipar en la consecución de los objetivos marcados, disponiendo de un sólido sistema de métricas que permitan determinar su grado de cumplimiento en cada momento.

Ha llegado el momento de un cambio radical, en el que las entidades financieras de este país afrontan un reto impuesto por el nuevo ecosistema digital como modo de entender la industria financiera del siglo XXI.

Para más información: Cinco Días

Fecha: 28/04/2019